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Cada movimiento en el universo es un movimiento hacia el amor.

Como mis queridos lectores habran notado hice una pausa en mi blog, deje de escribir. Al principio no sabia si lo dejaria para siempre o simplemente por un periodo de tiempo, aun no lo se. Pero hoy encontre este escrito de Madisyn Taylor y me parecio tan oportuno traducirlo y compartirlo con ustedes mientras transitamos un tiempo de tanta incertidumbre.  Estamos aqui y ahora para servir. " Estamos viviendo en una época de grandes cambios. Muchos pensadores y videntes coinciden en que la humanidad y el planeta Tierra están evolucionando a un ritmo acelerado, y que esta evolución será necesariamente severa y aparentemente caótica a veces. Es natural que las personas reaccionen con miedo, porque estos cambios sin duda traerán cierto nivel de dificultad y pérdida para muchos de nosotros. Sin embargo, es esencial que todos recordemos que nuestras almas eligieron estar aquí en este momento y ser parte de este proceso. Cada movimiento en el universo es un movimiento hacia el amor. Es

Aprendiendo con los maestros. Primera parte Seul.




El 7 de Noviembre después de un delicioso desayuno en el  Conrad Hotel en el corazón de Seúl, Corea del Sur, decidimos con mi amiga Cole visitar el Palacio Changdeokgung, ubicado en un precioso parque salpicado de árboles otoñales en Jogno-gu.

Es un palacio construido por la dinastía de Joseon, en 1405. Está compuesto por un conjunto de edificios con techos muy elaborados que conforman una especie de laberinto. Un lugar austero que actualmente carece de mobiliario pero que deslumbra por su sofisticada arquitectura.

Desde allí nos fuimos caminando hasta el palacio  Gyeongbokgung, donde pudimos ser testigos de un despliegue de soldados vestido de época con banderines muy coloridos.
La idea fue ir caminando a hasta Tongui-dong en Jongno-gu para nuestra clase de tallado de sellos en piedra.

La clase fue en Hangeul Jeongak Gallery en el subsuelo de un edificio. Allí nos recibió la maestra que nos instruiría “en coreano” como tallar nuestros sellos.

Lo primero que debíamos hacer era pulir unos trozos irregulares de piedra. Una vez que la superficie estuvo muy suave la pintamos con una tinta aguada anaranjada. Mientras la piedra se secaba pintamos con tinta china en un papel de arroz la caligrafía que deseábamos tallar en nuestro sello. Por suerte, los celulares son diminutos asistentes que pueden traducir cualquier palabra en el idioma que deseemos. Así fue como encontré la caligrafía del nombre de mi negocio en coreano, Shogo (que significa medio día). Una vez escrita la palabra que deseábamos tallar en el papel de arroz, le dimos la vuelta al papel, para copiar la caligrafía a la inversa con tinta sobre la roca.

Cuando la tinta estuvo seca nuestra maestra nos dio cinceles para tallar la roca. Todo eso en medio de ciento de instrucciones en coreano, instrucciones como que cada trazo dentro de la caligrafía debía mantener la misma exacta distancia o, como manejar el cincel para no lastimarnos las manos, la profundidad necesaria que debíamos tallar nuestra roca y muchísimas otras tantas instrucciones.

La verdad que fue admirable la paciencia con la que esta maestra nos fue guiando hasta que finalmente nuestro sello estuvo listo. Ella preparo una tinta roja pastosa con la que cubrió nuestros sellos con un rodillo de goma. En ese momento, nuestros sellos estaban listos para imprimir sobre papel de arroz.  Emocionante ver que en tres horas habíamos fabricado nuestro propio sello de piedra. Mi amiga Cole se embarco en la tarea de imprimir el nombre de su clan escoses y pese a ser una tarea un tanto complicada lo logro ejecutar maravillosamente bien. Bravo por mi amiga Cole que pacientemente se dejo arrastrar por mi para hacer cursos de arte en Seúl.

Las dos estábamos felices con nuestros sellos de piedra.

Tengo que comentarles un poco de la Galleria Hangeul Jeongak porque es un lugar digno de visitar, esta artista tiene una colección de sellos extraordinaria, verdaderos trabajos en los que abunda la elegancia, la atención al detalle, una belleza exquisita. Verdaderas obras de arte que parecen absolutamente imposibles de plasmar con un cincel sobre rocas. Sus piezas son tan delicadas y bellas que no pude sustraerme a la tentación de comprarle un sello, además antes de despedirnos y tomarnos fotos con esta maestra coreana ella nos regalo una copia de su libro de sellos publicado en el 2011.

Partimos de la Galleria Hangeul Jeongak orgullosas con nuevos conocimientos, experiencias y nuestro sello en coreano. Viajar y aprender es un lujo, y si a eso le agregamos la compañía de una buena amiga no hay nada mas que agregar. ¿No les parece?















Sello y libro de la maestra coreana




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