En
algunas partes del mundo hoy se celebra el Día de la Madre. En otros países lo celebraron
la semana pasada y, en otros lo celebrarán en octubre. De todos modos, creo que
tener múltiples celebraciones del día de la madre es fenomenal.
Siempre
se han escrito muchos poemas, libros y citas sobre las madres y sus increíbles
cualidades, así es que no creo que aquí sea necesario que yo agregue más
literatura al tema.
Soy
madre y sé lo difícil que es expresar la variedad de emociones y preocupaciones
que continuamente sentimos por nuestros hijos. La maternidad es un largo viaje
en una ruta con muy pocas señalizaciones claras, y el GPS no funciona la mayoría
del tiempo. Pero, hay que aclarar que estamos rodeadas de todo tipo de
"expertos" que nos dicen qué hacer y qué evitar y, que nos sugieren
fórmulas mágicas para aplicar con nuestros retoños. Siempre esta la vecina
acomedida, la amiga, la mamá, la hermana, la cuñada, en fin, una lista larguísima
de expertas y expertos que saben cómo deberíamos criar a “nuestros hijos”. Es más
fácil ver la paja en el ojo ajeno….
Hace
unos años, comencé a creer que nuestros hijos eligen a sus padres, hermanos,
amigos y todas las personas que estarán en su vida futura mucho antes de venir
a este mundo. Por lo tanto, eligen a sus madres teniendo en cuenta las virtudes
y defectos que poseen porque esas, y no otras madres les brindarán a ellos las
herramientas y experiencias adecuadas.
Nuestro
trabajo como madres es ser leales a nuestra naturaleza. Fuimos elegidas en base
a eso, conforme a nuestras características muy únicas. Esa es la mamá que
nuestros hijos necesitan, no la que nos proponen los demás en que nos convirtamos.
Por
supuesto, no hay duda de que, durante la vida, las mamás y sus hijos van evolucionando,
creciendo, aprendiendo, corrigiendo errores y mejorando sus personalidades guiados
por el amor, la compasión y la tolerancia mutua.
Como
madres, no necesitamos seguir la fórmula de otras personas, no es correcto.
Tenemos que crear nuestra propia fórmula, somos todos iguales, pero irónicamente
muy diferentes. Cada uno de nosotros tiene un objetivo y una misión diferente
en la vida, necesitamos por lo tanto vivir experiencias diferentes. Todas las
madres estamos muy conscientes de que no tenemos dos hijos iguales, ni con las
mismas necesidades.
Las
madres tenemos que ser leales a nuestra propia naturaleza extraordinaria y
única, y los demás tienen que respetar eso.
Recuerdo
lo difícil y doloroso que fue para mi cuando era una madre joven e inexperta
sobrevivir a las críticas, los consejos (bien intencionados) de personas que,
aunque me amaban, socavaban mi autoconfianza.
Las
mamás sienten en lo más profundo de sus corazones lo que sus hijos necesitan.
Como madres, es imperativo fortalecer nuestra brújula interna, confiar en
nuestro instinto, ejercitar nuestro sentido común, creer en nosotras mismas y
escuchar nuestra guía interna.
Como
madres hemos llegando a este mundo con todos los conocimientos necesarios. No debemos
permitir que esta sabiduría que llevamos en nuestro ADN se vea empañado por la
opinión de otros. Está a nuestro cargo
el trabajo más complicado del mundo: criar seres humanos en una sociedad que
nos bombardea con información engañosa, críticas, desvalorización y falta de respeto.
Como
madres, cada una de nosotras tiene como objetivo hacer su propio camino y luchar
por convertirse en la mejor madre posible, cultivando esa sabiduría interna de
la que hemos sido dotadas.
¡Hermosa reflexión! Y muy cierta :)
ResponderBorrarGracias. Sufri mucha critica durante mi maternidad asi es que lo comento porque ahora me doy cuenta que dañino puede ser meterse a comentar en lo que las otras mamas hacen o no hacen.
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