Sin intencion de aburrir a mi audiencia, deseo compartir nuevamente reflexiones del libro "La ley del Exito" de Napoleon Hill, publicado por primera vez en 1925. Como pueden
observar, pronto este libro cumplirá 100 años.
El contenido no solo es muy actual,sino que aporta sabidura a nuestra vida cotidiana. Es el tipo de libro que se puede abrir en cualquier página y siempre nos sorprendera con pensamientos profundos.
Nos toca vivir en una epoca bien interesante donde estamos
bombardeados de información y, la comunicacion es accessible para todos casi en
forma gratuita. Sin importar cuán remotamente
pueda estar sucediendo algun evento en el planeta tenemos esa información de manera
casi instantanea.
Talvez por ese preciso motivo, mas que nunca necesitamos una mente
sabia que pueda distinguir entre hechos y mera información. El pensador sabio
no aceptará sin mas todo lo que oye o ve, porque hay mucha informacion y
muchos hechos que circulan en forma de chismes y noticias que no se ajustan a
la verdad, sino que ocultan motivos e intereses ocultos.
El pensador sabio y preciso solo se ocupa de los hechos, y lo hace independientemente
de cómo esos hechos puedan afectar sus intereses personales.
El pensador sabio adopta un estándar de valores por el cual
se guía y, lo sigue en todo momento, ya sea que ese estandar le reporte algun beneficio (inmediato o a largo plazo) o lo posicione en situaciones de desventaja. Porque este
pensador tiene un solo estándar por el cual se conduce a sí mismo todo el
tiempo.
Claro, esto requiere un carácter y personalidad firme e inquebrantable.
¡Vaya reflexion!
Un pensador de esta indole es una persona con coraje, una
persona especialmente necesaria en momentos en que los valores sociales declinan,
cuando el fin justifica los medios, cuando el poder y el dinero son lo primero,
cuando una sociedad comienza a decaer. Porque esa clase de pensadores son los
que estan en la base de la creacion de nuevas sociedades. Y, esa es la clase de
pensadores a la que deberiamos aspirar a llegar a ser todos y cada uno de
nosotros en cada momento de nuestra existencia.
La materia prima de una sociedad la constituimos sus ciudadanos, es de alli de donde salen nuestros lideres, nuestros pensadores.
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